Por Alberto Valderrábano
Vicente Fernández Gómez, nació el 17 de febrero de 1940 en Huentitán el Alto, Jalisco; desde su infancia puso en práctica sus dotes naturales para el canto.
Quien fue escogido por el destino para ser famoso sorteó varios caminos sinuosos como la pobreza, el trabajo rudo y muchas carencias, elementos que fueron parte importante en su carrera musical.
Vicente Fernández llegó a la Ciudad de México para formar parte de los elegidos “del monstruo de Mil Cabezas”.
🇲🇽 #SesiónSenado El Pleno del @senadomexicano guarda un minuto de silencio en memoria de la actriz #CarmenSalinas y el cantante #VicenteFernández. pic.twitter.com/ZvN9i670Pk
— Mónica Fernández Balboa (@monicaferbal) December 15, 2021
En sus inicios como mariachi callejero, enfrentó sinsabores en una ciudad ajena para él, donde hay de todo y para todos, pero también hay mucho sufrimiento.
El Amanecer Tapatío fue el centro nocturno que conoció al Vicente Fernández soñador, con pena, con ganas de trascender y lograr que fuera conocido.
Pero fue mucho tiempo después cuando vino el éxito para Vicente Fernández con la canción “Tu Camino y el Mío”, que también fue llevada a la pantalla grande con el propio Vicente como figura principal; sin embargo, antes ya había dado su primer paso en los sets cinematográficos con la cinta, “Tacos al Carbón”.
Películas, discos, casetes, actuaciones en cines, teatros, palenques, caravanas artísticas y fotonovelas, además de presentaciones en televisión y radio se convirtieron en su pan de cada día, además de los apodos que lo rodearon como aquel apelativo casi desconocido, “El Charro Sexi de la Canción Ranchera”.
The music world has lost an icon.
The music of Vicente Fernández created memories for millions. We send our condolences to his family and all those who loved him.
Vicente will be remembered for generations to come.
— President Biden (@POTUS) December 13, 2021
Vicente Fernández vino a llenar el lugar que dejó el “Rey del Bolero Ranchero”, Javier Solís, hecho que el tapatío siempre reconoció.
Fernández Gómez sufrió los embates del cáncer, a principios de este siglo, afortunadamente los enfrentó y su salud no se vio mermada.
Una de las etapas intensas, de dolor, y tristeza que vivió Vicente Fernández, fue el secuestro de su hijo mayor, Vicente, quien durante su cautiverio sufrió la mutilación de dos de sus dedos, afortunadamente fue rescatado sano y salvo, sin embargo con coraje y estoicismo no se debilitó ante esta pena, y siguió con sus actuaciones artísticas.
Una caída en su casa, en agosto del presente año, lo llevó a que fuera hospitalizado en un nosocomio de la ciudad de Guadalajara por más de cuatro meses, de la cual ya no se pudo recuperar, por otras afectaciones que sufrió su salud que desembocaron en una falla multiorgánica.
Sus médicos explicaron que su sistema hematológico, su sistema cardiovascular, su sistema renal y su sistema pulmonar entraron en un colapso.
“La falla orgánica múltiple puede ser una condicionante en la que ya la disfunción de varios órganos no permite una estabilidad hemodinámica”, abundaron.
A mis 17 años tuve la fortuna de conocer al máximo ícono de la música popular mexicana: Don Vicente Fernández, me cantó y obsequió una rosa. ¡Ha partido el último gran representante del folclor ranchero en el mundo! Mi más sentido pésame a su familia. Descanse en paz. #SCA
— Sandra Cuevas (@SandraCuevas_) December 13, 2021
Vicente Fernández Gómez falleció a los 81 años de edad, a pesar de que la Ciudad de México, localidad que siempre ha sido regazo de las personalidades que fallecen para homenajearlas, le abrió sus brazos para contar con las pompas fúnebres del oriundo de Huentitán del Alto, no logró este sueño.
Fue Jalisco, la propia tierra que lo vio nacer, la que lo veló y despidió en su arena VFG, y lo regresó a la madre tierra, donde ahora descansa en una tumba ubicada en un pedazo de su rancho Los Tres Potrillos.
Vicente Fernández Gómez dejó de ser el charro que pedía al público que no dejara de aplaudir, para que no dejara de cantar, y pasó a ocupar un lugar entre los consagrados de la fama, llevándose la estafeta de ser el último ídolo del pueblo, que en medio de su carencia, tristeza o alegría, seguirá invitando a su “Chente”, para mitigar sus penas.