Por Alberto Valderrábano
En medio de tristeza, el dolor, llanto y coraje de sus familiares, fueron sepultadas las primeras víctimas de la masacre de Salvatierra, Guanajuato.
Familiares y amigos de Galileo, David, Thalia y Marco, los despidieron entre lágrimas y gritos de impotencia y de condena en contra de los sujetos que se metieron la madrugada del domingo en la Exhacienda de San José del Carmen, dónde los jóvenes asesinados disfrutaban de una posada navideña.
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Algunos familiares se aferraban a los ataúdes de los muchachos y maldecian a sus atacantes, al tiempo de que clamaban justicia.
La misa del cuerpo presente que congregó a varios jóvenes fue la de Thalia Cornejo, de 25 años de edad, quien anteriormente fuera coronada como la reina de belleza de Salvatierra.
Sin embargo, antes de ser sepultada en el panteón de Salvatierra, su ataúd blanco fue llevado al templo del Carmen para la realización de la misa de cuerpo presente.
También el joven Marco López recibió la última misa acompañado de sus parientes y amigos, que no daban crédito a tanta saña utilizada por sus verdugos.
Con canciones y música que se escuchaba en el viento, coronas de flores y globos blancos, las victimas fueron acompañadas en su último recorrido.
Cabe destacar que David y Galileo fueron enterrados juntos, ya que de acuerdo a sus conocidos, eran muy amigos.
Aún faltan por ser sepultados los jóvenes Antonio Sánchez, Macarena Becerril, Héctor Almaraz, que era menor de edad, y Juan Luis García, integrante del Conjunto musical Dinastía Cornejo.
